Sin duda hoy fue un día clave dentro de los treinta y una jornadas que estoy en ésta. historia. Pues no sé todavía, si mi último paso lo daré en Santiago o en Fisterra. Que es a donde me ha comentado Roy que tiene la intención de acabar. En sí, no dejan de ser tres etapas más y un final con unas vistas diferentes frente al océano Atlántico;...lo iré consultando con la almohada y veré si acabo finalmente en la plaza del Obradoiro, o a orilla del mar.
San Xulián. |
Bien, fueron veintiocho kilómetros y pico sobre un recorrido que, si algo tuvo en especial, fue la cantidad de hórreos que fuimos dejando atrás: con cruceiro, sin cruceiro, de madera, de ladrillo,...de todo tipo. En resumidas cuentas, una etapa llevadera, y salvo algún que otro desnivel que nos salió al paso fue una etapa llevadera, aunque a la altura de Lacua, antes de San Xulián, nos vimos obligados a atravesar una zona enfangada por encima de unas losas de piedra, que estimo que alguien colocó allí para tales efectos desde el principio de los tiempos. Al parecer es un tramo que habitualmente se encontra lleno de barro.
De hórreo en hórreo, y "tiro por que me toca", pasamos de Pontecampaña a Casanova, y de allí,...¿quién me lo iba a decir a mí?,...a la aldea de la novia de Peter Pan, es decir, a Campanilla. Un enclave urbano que pertenece a la parroquia de Mato, en donde nos despedimos de mi Lugo querido, para adentramos en tierras coruñesas.
Dentro de la provincia de A Coruña, y tras cruzar la villa de O Coto, pasamos por la aldea de Leboreiro, un lugar que antaño se conocía como Campus Leporeirus, lo que vendría a definirse como "Tierra de liebres". Allí, y delante de su iglesia de Santa María, de finales del siglo XII, hallamos adornando su plaza una construcción a modo de cesto denominada Cabazo, un hermano menor de los hórreos, cuyo uso se destinaba a guardar el grano para las cosechas.
Puente medieval sobre el río Furelos, San Xoán de Furelos. |
Algo más adelante de este puente, y tras callejear por las estrechas calles de San Xoán de Furelos, no detuvimos en Melide para repostar y hacer un alto en el camino en una cervecería que encontramos a mano derecha, en la que los ladridos del perro del vecino de la dueña del bar, nos agrió lo que pudo haber sido un momento "Chillout".
Anita Lovecchio; "La chica de la curva". |
Desde hace varios días, y según íbamos avanzando en el Camino, ya eran varias ocasiones en las que hallábamos esta chica sentada junto a algún que otro sendero a nuestro paso. El caso es que luego, al llegar a los destinos no la solía ver en los sitios en los que pernoctábamos, algo que me llevó a pensar, en si se trataría de esa leyenda urbana que habla de "La chica de la curva". Pero no, hoy finalmente se rompió la incertidumbre, y he descubierto que ese posible espectro tiene que ver con Anita, una simpática Italiana, natural de Sicilia, que empezó a caminar en León, y únicamente se sienta de vez en cuando a echarse un cigarro. En cualquier caso, cada día su "aparición" no dejaba de ser un momento especial.
Cruceiro de Melide, Siglo XIV. |
Es difícil encontrar una villa en la zona de Galicia sin un cruceiro en alguna de sus plazas o alrededores. Se supone que desde la Edad Media se colocaban a modo de señal de tráfico para indicar el trayecto de la ruta jacobea; especialmente sus cruces de caminos. En particular, este cruceiro de Melide se considera el más antiguo de Galicia, y se estima que se alza aquí desde el siglo XIV Cómo explicarle a Roy que cuando se colocó este cruceiro en este lugar Cristóbal Colón todavía no había llegado a América.
Boente de Arriba (W.D.) |
Con el pitido todavía en nuestros oídos de aquel "chucho", y con la sed y el hambre saciados, nos fuimos de aquella terraza soleada y fuimos dejando atrás: Carballal, Raido, Parabispo, y Parroxa, para llegar a Boente. Una aldea perteneciente al concello de Arzúa, cuya historia quedó partida en dos por el paso a través de su término de la carretera nacional 547, la cual dispondría que en el futuro se hablara de Boente de Arriba y Boente de Abajo.
Iglesia de Santiago, Boentes de Abajo. |
Recorrimos Boente de arriba sin poder confirmar si vivía alguien allí;...nadie salió a nuestro paso, nada,....ni coches aparcados, ni perros,...nada. No fue hasta cruzar esa N-547, y entrar en Boente de Abajo, que nos encontramos a los primeros seres humanos después de varias horas de caminata. A nuestro paso, su iglesia de Santiago, que a pesar de que se identifica con el románico del siglo XII, es evidente por su aspecto que a lo largo del tiempo ha sido un tanto "tuneada".
Aquí ,camino de Arzúa, un "amigo" de esos de los que el sonido de su "Ring-ring", te viene a decir: ...o te quitas o te quito. |
La llegada a Arzúa se hizo un tanto de rogar. Y es que los últimos kilómetros transcurrieron por una carretera plagada de curvas y una entrada a la población por una larga avenida. Si a ello le sumamos que, un servidor se iba:...literalmente, lo que se dice meándose encima, y todos los bares que íbamos encontrando a nuestro paso estaban cerrados, te puedes imaginar lo especialmente duro, largo, y trágico, que se me hizo el fin de etapa. La avenida de Lugo, que es la vía por la cual se accede a Arzúa, está plagada de albergues a ambos lados. Un detalle que pone en evidencia que la economía de la localidad, además de sustentarse en la elaboración de sus famosos quesos, se centra en la explotación del paso del Camino.
Albergue Santiago Apóstol,
Arzúa.
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A través del grupo de What's app "Bohemian Panoply, hemos sabido que Brian ha continuado caminando hasta Pedrouzo, con lo que hoy habrá completado una etapa de casi cincuenta kilómetros; de Giulia y Su, sabemos que se encuentran también en algún lugar al que se han visto obligadas a llegar en autobús....C'est la vie!
Christine Braune, Frankfurt, Alemania. |
Christine es una chica alemana que conocimos en Hospital de Órbigo. Podría resaltar que camina sola, pero éste, no deja de ser más que un detalle obvio, pues pocos, salvo Alex, pueden seguir la velocidad de crucero que marcan sus largas zancadas. En cualquier caso, aparenta ser una persona educada, prudente, y algo reservada. Es decir, una típica germana. Me quedará la duda, de si el día que me desnudé en el albergue de Hospital de Órbigo, fue realmente una espectadora de mi "striptease".
Seguiremos hablando.
Gregorio que estas cerca ya un abrazo
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