Nos fuimos del pueblo sin bares, Wi-Fi,...y al igual que ayer, dejamos en manos de nuestras botas el destino a recorrer. En cierto modo, fue un día adverso, ya que por la mañana me enteré (a través de las noticias de la radio), que en París había habido una serie de atentados y había muerto mucha gente. Algo que dejó estupefactos a mis compañeros de viaje cuando les informé.
Iglesia Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción d e Hontanas. |
Tras recorrer más o menos diez kilómetros, llegamos al albergue parroquial de Hontanas, Hontanas, el lugar en el que deberíamos haber dormido ayer por la noche; justo al lado de su iglesia gótica, Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción. Y no comento ésto por el suculento desayuno que nos preparó su hospedera, si no por el trato recibido. Creo entender que hay albergues municipales gestionados por la comunidad regional correspondiente, en que los que la persona que está a su cargo, no deja de ser más que un trabajador con un horario a cumplir (supongo que es el caso de ayer en Hornillos), y luego hay otros como éste de Hontanas, que a pesar de ser también dependientes del mismo organismo, están regentados por personas que lo atienden, en cierto modo, de una manera privada. Pues ya te digo, el trato recibido es la noche y el día. Hasta lo que he podido observar, solo me ha bastado sentarme en la barra de su bar para afirmar que es un buen sitio para pernoctar.
Con fuerzas revitalizadas, nos pusimos a caminar y una vez más, fuimos testigos de ese legado de la historia en vías de extinción al pasar asamos por delante de una torre en ruinas que a duras penas aguantaba ya el paso del tiempo.
Por unos momentos, nos sentimos como unos caballeros medievales, al pasar por debajo los arcos que constituían la entrada al monasterio de San Antón; ...Como acabo de advertir en la imagen de arriba,...actualmente también en ruinas. Fue ordenado construir por el rey Alfonso VII en el año 1146 a las afueras del municipio de Villaquirán de la Puebla, un lugar al que parecía que habíamos llegado a través de un viaje en el tiempo.
Restos del Monasterio de San Antón, Villaquirán de la Puebla. |
Los cuatro Fantásticos. |
Ex-Colegiata de la virgen del Manzano, Castrojeriz. |
Plaza Mayor de Castrojeriz. |
Por un puente de madera que libra el cauce del río Orilla, comenzamos a poner tierra de por medio con la provincia de Burgos, y así, como por sorpresa, nos vimos a los pies del Teso de Mostelares. Una colina con un desnivel medio de un 11% cuya cima se hallaba a 917 m de altitud.
Puente de madera sobre el río Odrilla. |
Subida al Teso de Mosterales. |
Alto del Teso de Mostelares. |
...Es una cuestión lógica, y como era de esperar, la cuesta arriba que acabábamos de afrontar, se sucedería a continuación de una cuesta abajo trepidante, en la que no dejaba de mirar la punta de mis botas, pues en cada paso que daba pensaba: "de un momento a otro, me va a decir hola uno de mis dedos gordos del pie".
Parroquia de San Nicolás , ïtero del Camino. |
Puente Fitero, o de las Mulas, sobre el río Pisuerga. |
Iglesia San Pedro Apóstol, Itero de la Vega. |
..¿Es difícil imaginar que puedes cometer el mismo error al alojarte en un albergue dos días seguidos? En absoluto, puedes cometerlo. Y es que, aún me pregunto por qué no nos alojamos en el primer albergue que encontramos al entrar en Ítero de la Vega. Deberíamos habernos quedado en el albergue llamado La Mochila, en él nos detuvimos a esperar al resto del grupo. Oeri ta ves, sin saber cómo , ni por qué, una vez todos juntos, decidimos (equivocadamente) ir en busca del albergue parroquial Hogar del Peregrino, que ahora que lo pienso y lo veo escrito, no sé de dónde le viene lo de "hogar". Es un sitio que se encuentra al lado de la iglesia, en el que sólo nos alojamos nosotros; los pardillos de turno. Por no tener (para que te hagas una idea), no tenía ni cerradura en su puerta. Así, que en el tiempo que salimos a cenar, en...el único bar abierto que había en el pueblo, dejamos nuestros enseres en manos de la buena fe de los lugareños y de los amigos de lo ajeno. En la cena, traté de explicarles a Brían, Levin y compañía que, en cierto modo, la temprana parada en Hornillos había trastocado las sucesivas etapas, ya que nos obligaba a llevar nuestros destinos a núcleos urbanos pequeños, sin apenas servicios, y que mañana sería interesante alargar la ruta hasta Carrión de los Condes, y reubicar las siguientes jornadas. En fin, a dormir bien, descansar lo posible en esta nevera, y que amanezca pronto y nos vayamos.
Seguiremos hablando.
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