miércoles, 2 de noviembre de 2016

Día VII. 04.11.2015 Puente la Reina > Estella (22kM); ...¿dónde están los bares?


Puente  la Reina.





  Hicimos un último alto y echando la vista atrás, nos marchamos contemplando los arcos de aquel puente. Según estima la historia, lo ordenó construir, allá por el siglo XI, Doña Mayor de Castilla, esposa de Don Sancho, rey de Navarra. Aunque existen otras opiniones que lo atribuyen a otra "Doña", Estefanía, una mujer casada con un tal García de Nájera (otro magnate de la época). Esta diversidad de criterio, nos muestra las diferentes maneras de interpretar la historia. Fíjate, si hoy en día cualquier noticia se puede tergiversar, a pesar de la cantidad de medios de información existentes, imagínate entonces..., con lo que ha llovido y lo que era la realidad del "boca a boca".


  





Campos de vides de Mañeru.



  Tras la odisea de ayer, el contemplar el sol abriéndose paso por el horizonte, nos anunciaba que los veintidós kilómetros que teníamos por delante, hasta Estella, serían cómodos de afrontar. Dado que íbamos bien de tiempo, optamos por desayunar sobre la marcha, en el primer bar que pilláramos abierto;...craso error el nuestro. Ya en el primer lugar, nos dieron con la puerta en las narices..., estaban cerrados todos los bares de la villa vitivinícola de Mañeru, así Roy, cada vez que llegábamos  a uno de ellos, decía:...Oh, Greg,  "Closed!"




Cirauqui.


  Continuamos avanzando, con la esperanza de que en Cirauqui  (el siguiente pueblo), la suerte nos sonriera y apareciera algún sitio en el que nos sirvieran cerveza y algo sólido que echarse a la boca. Una vez allí, empezamos a recorrer sus calles  empinadas, vaticinando lo peor:...más persianas de bares bajadas. Hasta que de repente, en mitad de la acera, una mesa y unas sillas de plástico, nos hacían percibir que aquello no se trataba de ningún espejismo, y en efecto, se trataba de un bar operativo. Con lo que mochilas al suelo, y ...para dentro.





Cirauqui.
  Después, y mientras hacíamos una pequeña visita turística por Cirauqui, nos encontramos con un grupo de peregrinos con los que, al parecer, mis compañeros de viaje habían coincidido anteriormente y así, para no variar, compartimos más zumo de cebada. 






Calzada romana de Cirauqui.
Sin duda, luego retomamos la ruta de un modo un tanto especial, ya que nuestras botas tuvieron el privilegio de pisar unos cuantos metros de calzada romana, ésta todavía se conserva a las afueras de este enclave medieval y  no ha sucumbido al paso del tiempo. 















Puente sobre el río Salado.







  Se dice que el juego de la Oca está basado en el Camino de Santiago. Pues bien,  no sé si será cierto, o no deja de ser más que una leyenda más, el caso es que si hay algo peculiar que me llamó hoy la atención, y que realmente pudiera tener algo que ver con ese juego de mesa ancestral en particular, fue la cantidad de puentes que fuimos atravesando, como fue el caso el caso de este puente sobre el río Salado, que ofrece según se desciende a su derecha, un rincón excelente en el que poder descalzarse y relajar tus pies en sus gélidas aguas saladas por unos minutos; se agradece. 
 "...Y de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente".





Lorca.
  Al igual que otras veces, según nos acercábamos a nuestro destino, la coincidencia con otros caminantes era más evidente y el grupo iba tomando un color más cosmopolita. Y así, una vez
atravesadas las villas de Lorca  y Villatuerta, nos adentramos en Estella, la ciudad más poblada desde que abandonamos la capital navarra.





Iglesia Gótica de La Anunciación, Villatuerta.




Iglesia de San Juan de Estella

  Roy, guía en mano, comenzó a seguir las flechas que, desde el suelo, nos conducían hacia el albergue municipal llamado Amigos del Camino, aquí teníamos previsto quedarnos hoy. Además, era el lugar al que había indicado que debía ir mi mochila;...¿La encontraría en aquel albergue?....¡Ufff!, Solitaria y aburrida, allí estaba  ella, en un rincón, junto a cuatro mochilas más. Según me ha comentado Carmen, ellos están haciendo el mismo  servicio para otras personas que  van coincidiendo conmigo cada día, pero no sé aun quienes son. Una vez ubicados,  pude comprobar, que el lugar difería bastante del resto de  establecimientos  en los que habíamos pernoctado hasta la fecha. Se trataba de un albergue, que a pesar de que estaba limpio, disponía de unas instalaciones algo lúgubres y escasas. Afortunadamente, el bajo volumen de gente que nos encontramos en estos momentos caminando, hizo que no llegara a ser del todo incómodo;…no quiero imaginar cómo será ésto cuando se encuentre con todas sus literas ocupadas. A quién corresponda: digo yo, que se podría reinvertir algo de los ingresos obtenidos en modernizarlo un poquito. Vale que cuesta dormir 5 € y que es bien económico, pero hagamos cuentas: 96 plazas X 5 € en momentos de plena ocupación dan para...




Rio Ega a su paso por Estella
  Una vez instalado  y tras proceder al ritual de siempre, decidí salir a dar una vuelta por la ciudad, antes de que oscureciera,  ello con la intención de visitar su plaza de los Fueros con  su iglesia de San Juan, y pasear en torno al  cauce del río Ega, el cual transcurre a lo largo de las calles de la villa, a modo de avenida fluvial. Existen varios puentes que permiten pasar de una orilla a la otra, pero de todos ellos, destacar uno en particular, el Puente de la Cárcel, al que los lugareños denominan "Puente Picudo" por su forma angular,  que queda muy cerca del albergue. Antes de volver, aproveché para comprar un poco de fruta, para afrontar los kilómetros que me esperan mañana. No está de más disponer de algún plátano o manzana y también de algún que otro fruto seco, como almendras o nueces (por si las fuerzas flaquean, ¿Y si al igual que hoy, los bares abiertos se resisten?


Puente de la Cárcel; "Puente Picudo" de Estella.
El Puente de la Cárcel sobre el río Ega de Estella, fue construído en el siglo XII y destruido en el WIX en la última guerra carlista. Fue una obra en su origen de estilo románico, y a pesar que su reconstrucción se hizo en base a sus planos originales, la esencia en sí ya no es la misma..¡¡Ea!!, es lo que tienern las contiendas.















  A mi vuelta, me reencontré  con Juan y Carlos,  a los que tuve que atender como fisioterapeuta. A estas alturas de la travesía, las piernas y el peso de la mochila sobre la espalda, comienzan a dejar secuelas cada día y se hace cada vez  más duro y largo  terminar las jornadas, sin que alguna parte de tu cuerpo encienda las alertas. De ahí que, insisto, en las llegadas, es muy importante que cada día se le de un repaso a las piernas, hay que encontrar unos momentos para ello. Evidentemente, las teorías del amigo Charles Darwin aquí se ponen de manifiesto, poco a poco se va haciendo una selección natural...




Carlos Guiral y Juan Chesa,
de Fraga, Huesca.
   Con  Juan y Carlos coincidí por primera vez en el albergue de Roncesvalles, y desde entonces, venimos viéndonos prácticamente a diario en los finales de etapa. Proceden de un pueblo de Huesca llamado Fraga, en la comunidad de Aragón. Es un lugar que hace frontera con la comunicad de Cataluña y tiene la peculiaridad de que sus habitantes hablan el catalán, aunque un catalán un tanto especial. La primera vez que les escuché hablar entre ellos, pensé incluso, que se trataba de dos chicos portugueses. Han planteado su Camino para llegar hasta Logroño, pese algún problemilla que han arrastrado y por el que les vengo prestando servicios de fisioterapia puntualmente. No creo que tengan inconvenientes en su consecución. En cualquier caso, buena gente.




                                                                          Seguiremos hablando.



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