Día XXII. 19.11.2016: Mansilla de las Mulas > León (18Km); A traves de una vía de servios.

N-601

   León nos quedaba a tan sólo unos dieciocho kilómetros. Sin duda la etapa más corta que habíamos recorrido desde que partimos de tierras francesas; toda una perita en dulce. Visto lo visto, supongo que lo hubiésemos podido hacer sobradamente en dos jornadas, pero eso, es fácil decirlo ahora. El discurrir del Camino, a lo largo de gran parte del día se convirtió en una vía de servicio de la nacional N-601, por la que se hizo muy incomodo caminar: no sólo por la incertidumbre de ir atentos por si en un momento dado se nos venía encima algún vehículo, si no por el CO2 de sus tubos de escape que nos vimos obligados a inhalar. 

Puente Villarente.

  A buen ritmo y con el subconsciente gritándonos:..."¡Sácame pronto de aquí!", pasamos por encima  del río Esla, cruzamos Villamoros de Mansilla, y Puente Villarente. Un pueblo, este último, que se encuentra partido en dos por el paso de esa N-601, un hecho que acabó otorgándole la denominación de "de Arriba" y "de Abajo".

Río Porma.   

  El río Porma, a la altura de Puente Villarente, rompió un poco la monotonía que arrastrábamos desde que empezamos a caminar esta mañana. Afortunadamente a partir de este punto, empezamos a eludir aquella carretera, y a través de una pista con ciertos repechos, salvamos el canal de Arriola.

Es evidente, publicidad no-subliminal.

  De repente y en medio de la nada,  nos dimos de bruces con este cartel publicitario que equivocadamente me llevó a pensar que ya estábamos ya a las afueras de León. Pero como he resaltado, "equivocadamente", pues todavía quedaban unos kilómetros. Y es que, la idea de que se trataba de una etapa corta, despertó en nosotros una ansiedad por llegar innecesaria. Por cierto,dicho cartel, junto a esa señal indicativa del Camino, ponen en evidencia los contrastes de esta ruta jacobea...Olvidaba,  el anuncio supone unos ingresos por publicidad en este blog de...0€. 



Arcahueja.

  Una vez superada la localidad de Arcahueja, teníamos todavía por delante unos siete kilómetros que incluían un postre final; una rampa que nos llevaría por encima de nuestra compañera de viaje, la estimable N-601. Y ya sin darnos cuenta, nos metimos en  Puente Castro, el primer barrio de la capital leonesa, separado de ésta por las aguas del río Torio.

Catedral de León,
Pulchra Leonina.

  ...Qué de tiempo sin hacer un tramo de más de un kilómetro por un recorrido urbano. Callejeando y dejándonos llevar por flechas y conchas en el suelo, nos vimos sentados en la terraza de una cafetería de la Plaza de Regla,  a los mismos pies de la Catedral de León. Es un templo de estilo gótico, que empezó a construirse en el siglo XIII sobre las ruinas de otra catedral romana, que a su vez, se levantó encima de los restos del palacio de Ordoño II y unas termas romanas. Como en otras ocasiones históricas, el último que llega establece su ley sobre el suelo. De este monumento, destacan sus sorprendentes vidrieras. La catedral es conocida con el sobrenombre de "Pulchra Leonina". Recurriendo de nuevo al arquitecto José Mª Pérez Peridis, se entiende que fue otro importante centro comercial en el pasado. Mientras estábamos allí sentados, tuve la ocasión de ver de nuevo a Quique, (el chico de Zaragoza, con el que coincidimos  en el Belorado y Agés) y a otras personas a las que había encontrado a lo largo de estos aproximadamente cuatrocientos cincuenta kilómetros. ...¡Ah!, Quique nos informó que Brian había estado la noche anterior allí, y que Su y Giulia lograron subirse a aquel autobús en Bercianos.



Albergue de peregrinos de las Benedictinas,
Plaza del Grano de León,

  Hoy podría decir,  teniendo  en cuenta mi alojamiento y la compañía, claro. que fue uno de los días más especiales del Camino: pasé la noche en el piso de Magalí, una amiga que conservo de mis tiempos universitarios cuando estudiaba fisioterapia en Valencia. La llamé unos días antes, con la intención de quedar para tomar algo y vernos, pero de ninguna de las maneras pude eludir dormir fuera de su casa. De no haber sido así, me hubiese hospedado en el albergue de peregrinos de las Benedictinas con el resto de la banda. Es un sitio que se encuentra en la Plaza del Grano, del que no tengo opinión, pues sólo entré para sellar mi credencial. Lo único que puedo contarte, a juicio de los que pernoctaron en él: se encuentra en buen estado,  y que, palabras textuales..."funcionaba la calefacción y todo". Una observación que, estando donde estamos, es un punto importante a su favor.



Magalí, unas cervezas, y yo, en el bar El Cafelíto, 
Calle Fernández Cadórmiga, León.

  Tras  el acicalamiento de rigor, ser testigo de las virtudes culinarias de mi amiga, y darle un buen repaso a lo que habían sido nuestras vidas, salimos a dar una vuelta por la ciudad. Acabamos, como no podía ser de otra manera, en su Barrio Húmedo, la zona de vinos típica de León. Magalí improvisó una ruta por sus bares favoritos (muy a tener en cuenta): La Gatera, El Grifo, y el Racimo de Oro. Después, para despedir la noche, nada mejor que una cervecita fría en el bar El Cafelito, un garito propiedad de unos amigos suyos donde, además de buen zumo de cebada, se escucha buena música.


  ...Casi se me olvida. Hoy recibí un What's App de Ainhoa, parece ser que sus pies le piden caminar, y su espalda cargar mochila, y seguramente en Ponferrada se nos une al grupo de nuevo;...a ver si hay reenganche.


  Seguiremos hablando.