miércoles, 2 de noviembre de 2016

Día XVIII. 15.11.2015: Itero de la Vega > Carrión de los Condes (32.8Km); ...y por poco nos echan del albergue).

  Nos dispusimos a madrugar un poco más de lo habitual, pues la previsión para el día de hoy, como dije ayer, era conseguir dormir en Carrión de los Condes, y dado que en Itero de la Vega no había posibilidades de echarse un café en el cuerpo, optamos por no demorar la salida y ponernos en marcha. Era evidente que no íbamos a perder mucho el tiempo en contemplar el paisaje, pues la mañana amaneció con una niebla tal, que el grupo se partió y no volvimos a reagruparnos hasta varios kilómetros después. De hecho, aunque todos paramos a desayunar en Boadilla del Camino (la primera población que hallamos a nuestro paso), Brian, Levin, y Su, lo hicieron por un lado, y Florian, Roy, y yo, por otro. Supongo que en otras circunstancias nos hubiésemos detenido a visitar su iglesia  de Nuestra Señora de la Asunción, de cierto interés, pero la espesa bruma nos hizo obviarla por completo.  



Canal de Castilla, Frómista.
  La climatología estuvo de nuestra parte y afortunadamente no fue a más. Un hecho que en cierto modo nos vino francamente bien, ya que este era el tramo en el que me informaron los hospederos de Santo Domingo de la Calzada, en el que habían localidades sin albergues abiertos, y eso, en caso de lluvia o tener que parar por alguna otra causa, no dejaba de ser un problema. Así que para evitar contratiempos, mantuvimos una buena cadencia de paso, y nos pusimos en la ribera del Canal de Castilla (término de Frómista).





Canal de Castilla, Frómista.
  El Canal de Castilla es una obra hidráulica, que en su origen (siglo XVIII), se planteó como una vía de transporte. A través de ella, por medio de barcazas, el grano cosechado en la zona se transportaba a los puertos del cantábrico para su exportación. En la actualidad, su uso se limita al abastecimiento de agua para los pueblos limítrofes, pues lógicamente, como vía de transporte no pudo competir con la llegada del ferrocarril en el siglo XX.



Iglesia de San Martín, Frómista.


  Al entrar en Frómista, sentí que de nuevo regresaba a la civilización: bares, cafeterías, pastelerías, farmacias,...y por fin, encontré una frutería donde abastecerme de unas piezas de fruta para hacer más llevaderos los  kilómetros. Nada mejor que comprar un tentempié y comer algo sentados en un banco, junto a la Iglesia románica de San Martín, levantada aquí en el siglo XI. Sentado allí, y echando la vista atrás, pienso que lo más apropiado desde que salimos de Burgos, hubiese sido estirar la primera etapa de entrada hasta Hontanas, y la siguiente hasta aquí. No intento desprestigiar nuestras paradas en Hornillos y en Ítero de la Vega, pero en estas fechas, no deja de ser un riesgo detenerse en esos puntos debido a la escasez de servicios. 




   Parece una tontería, pero a estas alturas del día, quedaban por delante todavía cerca de veinte kilómetros, y es que, cuando caminas con niebla, da la sensación de que no avanzas. Luego, una vez abandonada la localidad de Frómista, por carreteras secundarias y pistas que atravesaban la comarca denominada de Tierra de Campos, fuimos pasando las villas de: Población, Revenga, Villarmenteros (todos "de Campos"),  Villalcazar de Siga, y finalmente, a las tantas de la tarde, reto superado,...Carrión de los Condes.




Iglesia románica de Santa María del Camino,
 Carrión de los Condes.
  Tardamos un poco en encontrar el albergue Espíritu Santo, que era el que Roy había comentado que aconsejaban en su guía. A él accedimos por su puerta trasera, algo que sin duda acabaría por torcer la jornada. Sucedió, que al entrar por esa puerta de atrás, digamos que de servicios, no encontramos a nadie que nos recibiera. Con lo que, después de esperar en vano unos veinte minutos, decidimos entrar e instalarnos por libre. Ya nos había sucedido en Itero ayer, que el albergue lo habíamos hallado abierto y el hospedero apareció al rato. El caso es que tras estirar el saco sobre la cama y descansar un poco, en eso que me estaba duchando plácidamente, empecé a escuchar los gritos despavoridos de una mujer diciendo:..¡a la Street!;...¡voy a llamar a la pólice!;...fuera de aquí!;...¡pólice!;...¡pólice!. Yo en esos momentos, me encontraba en una situación que me impedía salir a dar la cara, y era evidente que Brian y el resto desconocían qué largaba por la boca aquella mujer. Me sequé rápido, me puse mis pantalones, evidentemente sin mi ropa interior (para arañar unos segundos) y apresurarme me dirigí a apagar aquel incendio que había fuera. Me presenté ante la religiosa responsable del albergue, y por más que lo intenté, no pude hacer entender que habíamos esperado casi media hora antes de entrar, pero como imperaba dormir bajo un techo esta noche, acabé dándole la razón y disculpándome por lo ocurrido sin rechistar....¡Y tanto que nos parecía el mejor albergue de todos en los que nos habíamos instalado! Habíamos ocupado la zona privada de las religiosas;...de ahí la furia.... Fue gracioso, que cuando nos estaba sellando ésta las credenciales, entre aspavientos todavía por el percance, me comentó sin cortarse un ápice, delante de todos:.."¿y tú qué haces haciendo el Camino con todos estos extranjeros?" En fin, como otras tantas observaciones,  ahí lo dejo... 




Albergue Espíritu Santo, Plaza Sn Juan 4
Carrión de los Condes. 979 88 00 52.





  En cuanto al albergue Espíritu Santo, gestionado por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, advertir que es un lugar con una buena localización, cerca de la iglesia románica de Santa María del Camino,  de mediados del siglo XII, y de buenos sitios en donde comer. Y lo más importante, se trata de un establecimiento tranquilo, acogedor, muy limpio, y bien equipado de duchas y aseos. Vamos, salvando la reyerta y reprimenda a nuestra llegada, plenamente aconsejable. Pero recuerda, no pongas un pie en su interior sin antes  llamar a su puerta principal.


  Seguiremos hablando.

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