Nuestro paso por Negreira hizo realidad la denominada teoría de las cuerdas. Verás, ayer tarde, cuando salimos a tomar algo, el dueño del bar en el que habíamos entrado por casualidad para celebrar nuestra llegada, nos dijo dónde podíamos cenar bien. Después, la dueña del bar en el que cenamos, nos indicó el lugar idóneo para tomar una copa. Y la chica moldaba del pub, nos aconsejó del sitio que encontraríamos abierto bien temprano, para desayunar antes de salir. La cosa es, que cada uno de los lugares indicados a cuál mejor. Lo convirtió la secuencia en un bucle perfecto.
Si bien en esta época del año la concurrencia de gente a través del Camino Francés era escasa, en lo que concierne a su variante hacia Fisterra, podría decir que es casi inexistente. Emprendimos temprano la caminata, pues a pesar de que el día apuntaba a que iba a ser benévolo con nosotros, queríamos evitar cualquier sorpresa a lo largo de los casi treinta y cuatro kilómetros que quedaban hasta Olveiroa. De ese modo, y por debajo de los arcos de la muralla del Pazo de Cotón, una fortaleza que data del siglo XV, nos despedimos de Negreira.
Iglesia de San Julián, Negreiroa, Negreira. |
Tras cruzar el río Barcala, afluente del Tambre, y a la vera de su paseo fluvial ,llegamos hasta una aldea llamada Negreiroa. Es en ésta, en la que se sitúa el verdadero origen de Negreira. Al parecer, como en otros tantos lugares, el primer núcleo urbano se generó en torno a un templo religioso. En este caso por lo visto, a lo que era su parroquia de San Julián. Luego los designios de la evolución acabarían dando más importancia a la villa de Negreira en si.
Iglesia de San Mamede de Zas (W.D.).
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Después, el relieve empezó a picar un poco hacia arriba y nos llevó al Alto da Cruz, que aunque en un principio me hizo pensar en lo peor, quedó en eso, en un primera cuesta que transcurrió por el interior de una zona boscosa con pequeñas parcelas delimitada con muros de piedra, por la que llegamos a San Mamede de Zas.
Sin dejar aquel sendero, atravesamos un sin fin de aldeas;...y yo que me creía que lo de un mínimo de "un pueblo por kilómetro" de ayer había superado todas las expectativas. Ahí quedaron: Camiño Real, Rapote, San Martiño de Broño, A Pena, Portocamiño, Cornovo, Vilaserio, y Cornado.
Iglesia de San Mamede, A Pena. |
Casa Rectoral de A Pena. |
Cuando cruzábamos por el centro de la localidad de A Pena, un anciano se detuvo en mitad de la calle, y esperó a que estuviésemos a su altura, con el propósito de entablar una conversación;...algo me dice que aquellas eran las primeras palabras que cruzaba en tiempos con alguien de fuera. Igual estimas que exagero un poco, pero ese hecho en cuestión me trasladó a otras épocas, en las que los viajeros que pasaban por los pueblos eran bienvenidos, porque traían en cierto modo noticias de otros lugares. A lo largo de aquellos cientos de metros que aquel anciano anduvo junto a nosotros con la ayuda de su bastón, me agradó contemplar su satisfacción al resolverme las dudas que yo le planteaba acerca de las villas que habíamos dejado atrás, y las que teníamos por delante. Estoy seguro que fueron para él su momento especial de aquel día.
Cuando cruzábamos por el centro de la localidad de A Pena, un anciano se detuvo en mitad de la calle, y esperó a que estuviésemos a su altura, con el propósito de entablar una conversación;...algo me dice que aquellas eran las primeras palabras que cruzaba en tiempos con alguien de fuera. Igual estimas que exagero un poco, pero ese hecho en cuestión me trasladó a otras épocas, en las que los viajeros que pasaban por los pueblos eran bienvenidos, porque traían en cierto modo noticias de otros lugares. A lo largo de aquellos cientos de metros que aquel anciano anduvo junto a nosotros con la ayuda de su bastón, me agradó contemplar su satisfacción al resolverme las dudas que yo le planteaba acerca de las villas que habíamos dejado atrás, y las que teníamos por delante. Estoy seguro que fueron para él su momento especial de aquel día.
...¡Quién me lo iba a decir! Tras pasar el Rego de Forxán, y cuando caminábamos por el arcén de la carretera a las afueras de Vilaserío, una voz gritó mi nombre desde un bar que se encontraba justo al otro lado. Se trataba de Gorka, el chico de Baracaldo, que volvía a coincidir con migo. Creo recordar que le vi por última vez en León. El encuentro me ha hecho creer un poquito más en la fisioterapia. Por lo que me ha contado fue "mano de santo" el tratamiento que le hice en sus acusados gemelos. Él se dirige también a Fisterra, así que iremos prácticamente a la par lo que nos queda por andar.
Gorka Isasi. |
Meroña (W.D.). |
El río Xallas ejerce de frontera entre los concellos de Mazaricos y Dumbria. Desemboca en el mar en el municipio de Ézaro, y es el único río europeo que lo hace en forma de cascada. Cuenta la historia, que a principios del siglo XIX, durante la ocupación francesa, los lugareños intentaron frenar aquí el avance de las tropas napoleónicas, y que éstas, cruzaran de una orilla a la otra. Pero finalmente todo quedó en eso, en un intento, ya que los galos terminaron dándoles "estopa". Afortunadamente la venganza la servimos más tarde en plato frío.
E aquí. Me he permitido la licencia de apartarme unos kilómetros del Camino, para incluir esta imagen de la desembocadura peculiar de ese río Xallas, que me ha pasado Puri Carreira, la hospedera de Olveiroa.
. ...¿Estarás conmigo que ha valido la pena, no?
Río Xallas, frontera entre los concellos de Mazaricos y Dumbría. |
Desembocadura del río Xallas
en Ézaro.
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. ...¿Estarás conmigo que ha valido la pena, no?
Una vez en Olveiroa, nos dirigimos a su albergue de Santiago. Un establecimiento de carácter público que resulta ser idóneo. Se encuentra dividido en varios edificios y estancias, con unas habitaciones con pocas literas que hacen como en otras ocasiones, que pernoctar en ellos no dé sensación de masificación. Por otra parte, cuenta con una versada y agradable hospedera, Puri, que fue quien me habló sobre las historias y particularidades del río Xallas. Un detalle que lo hace todavía más recomendable.
Olveiroa. |
Y ahora la anécdota del día. Resulta que al llegar al albergue nos indicaron que nos instaláramos en su primera planta. En una sala que había con alrededor de seis literas, que convertían aquel espacio en un habitáculo de lo más confortable; aunque con sólo un "problema". Y es que el establecimiento, tiene dispuestos los baños de chicos y chicas por plantas, y allí, en donde únicamente estábamos cuatro chicos, el aseo que había era el de chicas. Es ahí donde entra un servidor, que Inconsciente de ese hecho, agarré mi toalla, mi bolsa de aseo, y...justo en el instante en el que abría la puerta de aquel aseo, una chica alemana de modo acelerado, giraba sobre sí misma y se envolvía en su toalla, a la vez que yo, atónito por la situación, volvía sobre mis pasos, cerraba la puerta, y...sí, ahora sí, contemplaba el muñequito con falda que indicaba claramente quienes podían hacer realmente uso de aquel baño. El momento no pasó de ser más que eso,...una anécdota. Porque lo que es contemplar a aquella "princesa bávara" no fue más lejos de lo que mi mente quiso volar con su imaginación.
Albergue de Santiago, Olveiroa. |
Para cenar, seguimos los consejos de Puri y fuimos al restaurante As Pías, que se encuentra, según bajas por la calle del albergue, a mano derecha. Igualmente, muy recomendable:...Bon appétit!
Seguiremos hablando.
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