miércoles, 2 de noviembre de 2016

Día XXXIV. 01.12.2015: Santiago de Compostela > Negreira (21Km);...hacia el fin del mundo



  Por momentos se me había olvidado lo que era colgarse la mochila, aunque tardé unas décimas de segundo en recordar dicha sensación. Salimos del Roots & Boots, y nos fuimos a tomar algo antes de salir en compañía de Christine. Pero ella había decidido esperar un día más en Santiago, y mañana partirá también hacia Fisterra.  Y ahora viene lo bueno: cuando estábamos a punto de marchar apareció Giulia, quien no había madrugado lo suficiente, y había perdido su tren con destino a Barcelona, con lo que le tocaba alargar su partida  un día más. En fin, al lío...




   Esta última flecha sobre el asfalto a las afueras de la ciudad de Santiago, con una "F" a su lado, nos indicaba cuál era la dirección a tomar para dirigirnos hacia Fisterra. Por delante noventa y tantos kilómetros,  por un recorrido que habíamos planificado en tres etapas. De entrada pararíamos a pernoctar en Negreira y Olveiroa, antes de ver cómo se oculta el sol tras la línea del horizonte desde esa costa en la que antaño se estableció  "el fin del mundo".




Sarela da Baixo.
  Nos detuvimos unos instantes en Sarela da Baixo, a unos dos kilómetros de Santiago para echar una última vista atrás y  contemplar en la distancia la silueta de las torres de la catedral destacando sobre  el resto de los edificios de la ciudad.



Carballal (W.D.)
Quintans (W.D.)
  La etapa hasta Negreira en si, se aventuraba como una jornada cómoda de unos veintiún kilómetros. Especialmente, después de habernos detenido dos días en Santiago y haber perdido un tanto el ritmo de viaje. Ya en ruta, y una vez que cruzamos Carballal y Quintans,...menos mal que se nos ocurrió detenernos a desayunar en el Alto do Vento.....¡¡¡Uffff!!!


O Mar das Ovellas.



  ...Y yo que me creía que iba a ser un día tranquilo. Acabábamos de abandonar el término de Santiago de Compostela,  y al salir de aquel bar, nos encontramos ésto: una  carretera que picaba, y picaba hacia arriba, que por momentos parecía que se nos venía encima, en dirección  a un alto conocido como "O Mar das Ovellas" (El mar de las Ovejas), que me lleva a pensar por su nombre,  que es  lo que te sientes cuando llegas arriba del todo. Lo dicho, reitero y aviso, menos mal que nos dio por detenernos a echar un bocado  aquel Alto do Vento. Acepta mi consejo si sigues mis pasos; el bar queda a mano derecha  según sales de allí.


  
Bar Casa Pancho, Trasmonte de Ames.
    Curva a la derecha, curva a la izquierda, de frente, y otra vez curva. Anduvimos por  aquella carretera, y hacia el kilómetro catorce, descendimos felizmente hasta Tramonte de Ames, en donde el Bar Casa Pancho se convirtió en nuestro oasis particular en el que aplacar la sed acumulada tras aquella rampa trepidante. Me gustaría resaltar, que es en estos pequeños lugares, en los que realmente conoces a las gentes de los pueblos que viven al borde del Camino. Verás, según me relató un lugareño, Pancho, el dueño del bar,  nunca había salido del pueblo. Y Pancho, por su parte, me comentó que aquel vecino, sólo salió de Trasmonte para hacer el servicio militar. Vamos, que se tenían un cariño especial.



Río Tambre, Ponte Maceira.
  Hasta llegar a Negreira, y en los apenas cinco mil metros que nos quedaban por completar hasta Negreira, salimos prácticamente a una aldea por kilómetro. De este modo, pasamos por Reino,  Burgueiros, Ponte Maceira, A Barca, y A Cnancela.


Ponte Vella, Ponte Maceira.
  El denominado  Ponte Vella en Ponte Maceira,  es  un puente que se construyó en el siglo XIV para salvar las aguas del río Tambre, el cual,  transcurre con tal virulencia algunas veces, que la fuerza de sus  aguas se lo han llevado río abajo varias veces.
  

"A pie de foto tendría que haber escrito eso de (W.D.),  pues no encontramos en sus calles con nadie....bueno, con nadie de allí,...claro, pues la única persona con la que intercambiamos unas palabras, fue con otra Alma Errante que iba de paso."



  
Pazo Ballón, Ponte Maceira.




Chancela.




Estatua al Peregrino, Negreira.
    Y con el río Tambre como guía llegamos por fin a Negreira, en donde a su entada nos dio la bienvenida esta estatua dedicada a los peregrinos. Allí, nos alojamos en el albergue Lua. Un establecimiento de gestión privada, que  encontré un poco "fuera de lugar". Y no comento ésto porque sus instalaciones no estuvieran en mal estado, pues eran relativamente aceptables. Pero seguramente el hecho de que solamente nos hospedáramos en él tres personas, y que a la hospedera prácticamente coincidió con nosotros el tiempo que tardamos en registrarnos, convirtió nuestra estancia allí en un paso efímero. Después de cenar nos aconsejaron ir a un pub que estaba en los sótanos de un hotel cercano, en donde:...¡Lo que es el invierno!,...aquella noche fuimos sus únicos clientes de  la chica moldaba que se encontraba al otro lado de su barra. Quien a parte de su simpatía, nos ofreció buena música. Sin duda, valió la pena dar con él.




  Negreira se considera el centro de la comarca de A Barcala, una zona cuyo principal recurso económico se centra en las explotaciones ganaderas destinadas principalmente a los productos lácteos. Hay quien la identifica con Nicraria Támara, una aldea que en tiempos de los romanos formaba parte de la Via Per Loca Maritima, y según cuenta la leyenda, los discípulos que transportaban el cuerpo del apóstol Santiago desde su entrada por Iria Flavia (Padrón), pasaron por aquí a galope tendido, perseguidos por soldados romanos cuando intentaban dar con un lugar idóneo para darle sepultura.


    Seguiremos hablando.

2 comentarios:

  1. ¡¡Bravo Grego!! ¡¡Hasta el final de la Tierra!! ¡¡Hasta Finisterre!!
    Después no se te olvide quemar las botas.

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  2. ¡¡Bravo Grego!!
    ¡¡Hasta el final de la Tierra!! ¡¡Hasta Finisterre!!
    Después que no se te olvide quemar las botas.

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